Puede que nadie se acuerde, pero uno de los ídolos del
Sevilla,
Pablo Alfaro, fue compañero de
Gustavo Poyet, entrenador del
Betis: “Coindicimos dos temporadas completas, la 90/91 y la 91/92. Hace tiempo ya. Fue muy bien, echando la vista atrás. Llegó al
Real Zaragoza en un proyecto en el que teníamos un entrenador uruguayo que se llamaba
Ildo Maneiro y llegaron varios futbolistas de su mano. En aquel entonces, el más conocido era otro,
Edison Suárez, que había sido internacional por su país y demás. Por su parte,
Gustavo no era la figura en sí. Sí era el segundo fichaje que llegaba de
Uruguay y era un poco a ver cómo se adaptaba al fútbol español. Luego, lógicamente, ya
Gustavo Poyet en el
Zaragoza hizo historia porque formó parte durante muchas temporadas de ese equipo y además del equipo más laureado de la historia del club. Fue un futbolista y es un hombre muy querido
en Zaragoza y en Aragón”.
A pesar de que sus caminos se separaron,
Alfaro tiene presente el carácter del charrúa: “Desde que llegó se le vio un tipo muy extrovertido, que se comunica mucho. Hace tiempo que no hablo con él, además me encantaría hablar con él y que fuéramos a cenar o a comer ahora ya que está por Sevilla. Es un tipo muy agradable, de buen trato y muy competitivo. Después del
Zaragoza, se adaptó muy bien a
Inglaterra, donde empezó su carrera como técnico. Tiene una capacidad de adaptación tremenda, para eso es muy inteligente”.
Para el exfutbolista aragonés, quien ahora aporta su visión como entrenador en los medios deportivos, los inicios de
Poyet con
Juande fueron acertados: “Aprovechando la circunstancia poco a poco ha ido haciendo carrera y sacando sus títulos. No cabe duda, ahora ya es un técnico contrastado, de primer nivel”. De aquella etapa, el de
Montevideo coincidió con
Marcos Álvarez, su actual preparador físico: “La figura de Marcos, tiene un valor añadido. El conocimiento de la ciudad y del club le vendrá muy bien. Cuando uno llega nuevo a un sitio y tiene a alguien que conozca la realidad social, es muy importante”.
Con todo,
Alfaro y Poyet no han vuelto a coincidir, pero el exsevillista tiene pendiente una cita con él: “Reconozco que voy a ir a buscarlo. Me gustaría mucho volver a tener un poco de relación con él y compartir mesa y mantel, a ver qué me cuenta”.
Finalmente, a pesar de su sentir,
Pablo Alfaro le augura un buen futuro al uruguayo en
Sevilla: “Este año el
Betis ha hecho una apuesta más acorde con su realidad. Parece ser que desde la directiva, con el tema judicial algo más apartado, ya está claro quién manda. Ha venido un director deportivo nuevo con un aval importantísimo.
Torrecilla es un tipo muy valido y muy preparado. Y la apuesta de Gustavo, que es conocedor del fútbol español, es un tipo con carácter que viene de experiencias en otros países y que, junto a los que estaban ya, creo que el
Betis puede hacer una muy buena campaña. Están trabajando para ello. Lógicamente siempre voy a querer que el
Sevilla esté por encima como sevillista que soy, pero no le deseo mal al eterno rival. Soy de los que piensan que cuanto más arriba estén los dos, mucho mejor”.