El próximo viernes regresará el fútbol al Benito Villamarín. Tres meses y once días después de aquel choque frente al Getafe que se encargó de echar el cierre a la temporada 15/16, la escuadra de las trece barras volverá a ejercer como local frente al
Deportivo, que será el primer visitante que podrá comprobar cuánto ha cambiado el coliseo verdiblanco en este tiempo.
No en vano, el de dentro de tres días será el primer choque que se dispute en La Palmera sin la grada de
Gol Sur, que comenzó a derribarse el pasado 30 de junio como paso previo a su total remodelación, que finalizará en agosto de 2017, cuando su fisonomía vaya en consonancia con la parte nueva del campo (Gol Norte y Fondo) y sus tres anillos conviertan en 15.000 localidades las 5.000 que tenía desde las últimas obras que se hicieron en ella, con motivo del Mundial de 1982.
De momento, y aunque los trabajos van a buen ritmo, el sitio que ocupaba el pulmón del Benito
Villamarín es ahora un solar donde se empiezan a ver los agujeros que servirán para fijar los cimientos de la nueva grada. Sea como fuere, por motivos de seguridad y estética, una lona se encargará de tapar la zona durante toda esta Liga, empezando por el encuentro frente al Deportivo, en el que el coliseo verdiblanco estrenará su nueva apariencia.
Para ello, en los últimos días se ha colocado delante del espacio en el que dentro de unos meses empezará a emerger el nuevo Gol Sur una
lona de unos 68 metros que será financiada por la LFP y que combinará el color verde con un dibujo que simulará la presencia de público, al modo de las que se han podido apreciar en campos como el Nuevo Arcángel, Vallecas o San Mamés, y una camiseta bética. Así, parecerá que todo sigue como en los últimos 44 años, con el pulmón de Heliópolis muy presente pese a no estar.