El único protagonista en Anoeta

Se ha acostumbrado el Betis a vivir en exceso de sus dos grandes baluartes, Antonio Adán y Rubén Castro, y eso, lógicamente, es un riesgo a asumir que en ciertas ocasiones acaba pasando factura. Ponerlo todo en manos de ambos suele ser un valor seguro, pero cuando alguno de los dos no tiene uno de sus días más brillantes, pues pasa lo que pasa.

Y eso, precisamente, es lo que le ocurrió anoche a los de Gustavo Poyet en Anoeta, viviendo sólo del acierto del guardameta madrileño y estando a la espera del habitual destello de calidad del delantero canario que suele marcar la diferencia. Algo que no sucedió y que, por tanto, deparó un gris devenir, decantando la balanza hacia la Real por medio de Carlos Vela en una ocasión en la que Adán nada pudo hacer, aunque sí frenó muchas otras.

Un papel, el de Rubén Castro, que no contentó a nadie; especialmente a Gustavo Poyet, quien decidió sustituirlo cuando el Betis perdía 1-0. Sin él, no es que el equipo mostrara mayor llegada...