Adán, Pezzella y Petros son las prioridades

Lo que ocupa y preocupa a Miguel Torrecilla

Lo que ocupa y preocupa a Miguel Torrecilla
Adán y Petros espera una revisión de su contrato. - Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 6 min lectura
La actividad ha dejado de ser, cierto es, frenética en la planta noble del Estadio Benito Villamarín, al menos en el área que encabeza Miguel Torrecilla, lo que no quiere decir, ni mucho menos, que aquélla se haya detenido. Antes al contrario, el salmantino volvió de sus vacaciones de septiembre decidido a rematar las renovaciones de Rubén Castro y Álex Alegría, la primera de las cuales se prolongó más de lo deseado. Al final, como avanzó ESTADIO, cumplió su objetivo de aprovechar al máximo este parón por las selecciones, con lo que los dos delanteros ahora titulares llegarán atados y bien atados a la cita del próximo sábado ante el Real Madrid. Y, como también se adelantó en estas páginas, no se detendrá con estas dos importantes operaciones.

El propio ejecutivo salmantino admitía este lunes durante la puesta de largo del acuerdo con el grancanario hasta 2019 que, hasta que se abra de nuevo la ventana de transferencias el 1 de enero del año que viene, se empleará a fondo en otras revisiones y ampliaciones, sin desvelar nombres. Casi todos pensaron en Antonio Adán, que aprovechó su reciente entrevista con este diario para pedir simbólicamente cita en el despacho del director deportivo, consciente de que hay una deuda pendiente con el cancerbero.

No fue él, sino Macià, quien pactó antes de marcharse una subida de los emolumentos y, de paso, de la cláusula del mejoreño, que asciende a tan ‘sólo’ ocho millones de euros. Con todo, hay voluntad, tanto por parte del otrora jefe de la planificación del Celta como del consejo que abanderan Haro y Catalán, de que el dorsal 13 se quede muchos años en Heliópolis. Como mínimo, hasta 2019, pero, si es posible, algunos más. Y que, por supuesto, se sienta importante y valorado al mismo nivel que los méritos contraídos por el canterano merengue domingo sí, domingo también.

Hasta ahora, Adán no tiene noticias del club. Pero, según confirman a ED fuentes solventes de la entidad bética, las tendrá en cuanto se aclare un poco el nuevo maremágnum institucional, con Lopera de nuevo copando parte de la actualidad verdiblanca. No será el portero madrileño el único en ser llamado a filas en esta ronda de actualizaciones de contrato que, por ahora, no afectará a los que acaban el 30 de junio de 2017. Cedidos aparte -Musonda volverá al Chelsea, pues no cuenta con una opción de compra que sí está pactada en los casos de Nahuel y Donk-, Álex Martínez y Álvaro Cejudo deberán esperar por ahora, si bien tienen más de media campaña para ganárselo.

A Torrecilla, por justicia y propio interés, le interesa promover otras revisiones de contrato que, acaso un escalón por debajo de Adán, resultan evidentes. Se trata de futbolistas que han ganado mucho peso en las alineaciones de Gustavo Poyet sin que, por ahora, sus emolumentos y sus cláusulas de rescisión reflejen la importancia conquistada. Todas las miradas señalan a Petros y Pezzella, fijos y con una trascendencia cada vez mayor en el vestuario. El rendimiento del mediocentro brasileño y el zaguero argentino ha aumentado considerablemente.

Por ello, más que la duración de sus vinculaciones (hasta 2019 y 2020, respectivamente), preocupa y ocupa tanto premiarlos como espantar a cualquier pretendiente que, atraído por su proyección y su margen de revalorización, aprovechen que no cobran demasiado -para lo que se suele pagar en otros lares de España y, por supuesto, en países con Ligas más pudientes- para convencerlos de la pertinencia de emigrar. El plan está perfectamente diseñado, con casi tres meses para llevarlo a cabo. La meta: un Betis casi sin fisuras.


Mucho trabajo adelantado
Obviamente, el próximo verano, ocurra lo que ocurra esta temporada, el Betis dará bajas y fichará futbolistas, si bien las previsiones recogidas en la hoja de ruta de Poyet, Torrecilla y Haro pasan por una cantidad menor de retoques, lejos de la revolución auspiciada el pasado verano. Las renovaciones de Rubén Castro y Álex Alegría, unidas a una decena larga de fichajes (la mayoría con contratos de larga duración y mucho margen de mejora), suponen una apuesta por la continuidad evidente. El pago diferido de algunas contrataciones (como la de Sanabria) o la ejecución pospuesta de la adquisición de otras (caso de Nahuel) se incluyen, de cierta forma, en partidas venideras: la planificación siempre fue a medio plazo.
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