Antes de que el Real Madrid marcara el sexto tanto, la grada del Benito Villamarín cantó por primera vez "Poyet vete ya". Y es que, a pesar de la leve reacción que tuvieron los suyos al inicio de la segunda mitad, en la que incluso acortaron distancias en el marcador con el 1-4 de Álvaro Cejudo, el planteamiento del encuentro no gustó a la afición heliopolitana.
La efervescencia provocada con el gol del de Puente Genil se acabó pronto y mientras los de Zidane dominaban a su antojo e Isco hacía el quinto tanto, la grada creyó que era el momento oportuno para pedir la dimisión del técnico uruguayo.