Osasuna 1-2 Betis: Felipe Gutiérrez le echa un cable a Poyet

Aventuraba cambios Gustavo Poyet durante la previa del partido y no defraudó el técnico uruguayo, quien saltó al césped de El Sadar con un once en el que destacó la ausencia de Rubén Castro. Un Betis que también evidenció un cambio en su dibujo, pasando del habitual 4-3-3 a un 4-2-3-1 en el que Tonny Sanabria era el principal referente ofensivo arriba y en el que el charrúa quiso poblar el centro del campo verdiblanco, con Petros y Jonas Martin en el doble pivote y con Felipe Gutiérrez y Cejudo partiendo desde las bandas, mientras que un Joaquín con libertad de movimientos hacía las veces de mediapunta y correa de transmisión con la vanguardia. Así, poco a poco, los de Heliópolis se fueron asentando sobre el césped, aunque era el Osasuna el que se aproximaba con más peligro al área rival, como demostrarían Orial Riera y Roberto Torres en los primeros compases de partido, a la vez que Sergio León husmeaba las proximidades de Adán como un auténtico ratón de área que es.

Serían los béticos, sin embargo, los que se adelantarían en el marcador por medio de Joaquín, quien definió con inteligencia en el 19' con una vaselina ante la salida en falso de Nauzet, después de que el de El Puerto hubiera recibido un pase picado de Petros. Con el 0-1, el Betis dio un paso atrás y Osasuna, sin necesitar demasiado, generó varias ocasiones de peligro. Sergio León, en el 33', se sacó un tiro desde el borde del área que se escapó por poco, mientras que Roberto Torres, después de que Felipe Gutiérrez sacara bajo palos un balón que se colaba a gol a la media hora de juego.

Poco le duró la alegría al Betis en la segunda mitad, igualando Osasuna el marcador nada más reanudarse el encuentro. Berenguer se marchó de Piccini por banda izquierda y buscó el disparo al palo corto, descubierto por Adán, que esperaba un pase. Roberto Torres recogía el rechace para romperla a placer y firmar el 1-1. Un empate que espoleó a los rojillos, que continuaron haciendo mucho daño por la banda izquierda. Un arreón osasunista al que los de Poyet, con algo de fortuna, supieron sobreponerse, pudiendo decantar nuevamente la balanza en el 67', cuando Piccini, con un excelente pase, dejó a Joaquín en posición franca ante Nauzet, al que recorta y, demasiado escorado, remata forzado y mal.

Sufriría el Betis en el último tramo de un partido en el que Gustavo Poyet se resistía a mover el banquillo, teniendo a Rubén Castro calentando en banda para desesperación de muchos. No sería hasta el minuto 80, después de que el Betis se desperezara levemente por medio de Sanabria, cuando el charrúa decidiera hacer cambios, dándole entrada a Rubén Castro y Álex Alegría, por Sanabria y Joaquín, respectivamente, en un doble cambio con el que el Betis pasaría a jugar con un 4-4-2. Un movimiento que, como era de esperar, resultó poco efectivo, teniendo que encontrarse Poyet con la fortuna de frente al decantar la balanza Felipe Gutiérrez en el tiempo añadido (91') con un fuerte remate de falta directa que Nauzet acaba comiéndose. Un tanto que llevaba el 1-2 al marcador y que le daba oxígeno a un Gustavo Poyet que, de no haber sido así, tendría que haber dado muchas explicaciones durante la semana. Tres puntos de oro que alejan al Betis de los puestos de descenso y que calman los ánimos del beticismo, quien ya empezaba a temer nuevamente por el futuro de su equipo.