Este lunes arranca una semana bautizada por todos como clave para el devenir institucional del
Betis. Otra más, pensarán muchos. El problema es que el principal cabo de la cuerda, el que representa
Manuel Ruiz de Lopera, no parece tener tanta prisa ni piensa ofrecer facilidades para que se alcance un acuerdo para el traspaso definitivo de acciones. Eso, al menos, sospechan las plataformas denunciantes, que aplazaron su decisión sobre el pacto hasta hoy como muy pronto, ya que las abogados del empresario de El Fontanal se comprometieron a remitir estos días el borrador con las condiciones para que fueran estudiadas por
PNB y Béticos por el Villamarín, dándose por hecho que tanto el
Betis (representado por
Ángel Haro y José Miguel López Catalán) como la Liga de Juristas Béticos secundarían una entente como la alcanzada verbalmente hace escasas fechas.
Pero ahí radica el problema, ya que los negociadores barruntan una 'jugarreta' de
Lopera, al que vieron bastante crecido durante su última comparecencia pública, pues bajó a atender a un grupo de aficionados que se había congregado a las puertas de su domicilio en la calle Jabugo para apoyarlo y pedirle que no vendiera sus títulos, un acto organizado, según algunas fuentes, por el entorno de su 'delfín'
Manuel Castaño.En primer lugar, está por ver que los asesores del dueño (hasta que se demuestre lo contrario) del paquete mayoritario de acciones remita los documentos esta semana; en segundo, que no haya alterado las condiciones acordadas con las otras partes. Sea como fuere, el pesimismo cundió en las últimas horas tanto en la
planta noble del Villamarín como en las plataformas, que tienen decidido, con todo, no alargar más inútilmente los plazos y zanjar los contactos en breve en un sentido u otro. La junta ordinaria asoma a la vuelta de la esquina.