Rubén y Sanabria, juntos pero no revueltos

Ante el clamor popular, a Gustavo Poyet no le quedó más remedio que colocar a Rubén Castro en punta junto a Tonny Sanabria, que es su apuesta personal y también, mientras esté sano, inamovible en el once bético. Amaneció el partido con el paraguayo enchufado. Se jugó un contragolpe con un disparo que pasó cerca del palo de Diego López y luego cazó un cabezazo a centro de Álex Martínez que le salió al medio. Tras el fogoso comienzo se contagió de un equipo que no tiene claro a qué juega.

Rubén ni siquiera eso. Es cierto que siempre ha rendido mejor al lado de una referencia y cerca del área, pero ayer su conexión con Sanabria fue nula. El canario sólo pudo cazar un par de balones en el área que resolvió mal, falto de su tino habitual en una mala racha en el Villamarín desconocida desde que viste de verdiblanco. No mezclaron bien Sanabria y Rubén, a la altura de un once inconexo, al que le faltó todo. También remate.