El salmantino considera que antes habría que dar un ultimátum al charrúa

El Betis pospone la decisión final

El Betis pospone la decisión final
- E. G.
Enrique GarcíaEnrique García4 min lectura
Gustavo Poyet ganó ayer un día en su etapa en el Betis. Puede ser suficiente para llegar hasta el próximo partido porque los ánimos ayer invitaban a la destitución del técnico. Amaneció el día con el preparador sentenciado y comenzaron a circular los primeros posibles sustitutos. El veredicto esperaba a las 18:00 horas, en una reunión a la que debían asistir al comité directivo que conforman Haro, Catalán, Poyet y Torrecilla. Sin embargo, pese a que estaba convocado, el comité no se reunió. Torrecilla se encontraba de viaje. Tampoco Poyet acudió al estadio y su situación permanece en 'stand by'.

El director deportivo sigue siendo el principal apoyo del técnico, cuya cabeza piden varios de los consejeros. Si el Betis acaba destituyendo a Gustavo Poyet, será sin contar el beneplácito del salmantino. Entiende Torrecilla que el que tienen entre manos es un proyecto completamente nuevo, con muchos cambios en la plantilla y una idea de juego distinta que asimilar. Tampoco ha percibido que los jugadores estén en contra del entrenador, en cuya capacidad sigue confiando, ni siquiera los que no están contando apenas con minutos. Además, el director deportivo piensa que, antes de destituir a un entrenador, tiene que pesar sobre él un ultimátum, para comprobar si en una situación límite responden tanto él como los futbolistas. Y, por último, Torrecilla defiende que no se puede realizar un análisis objetivo del equipo hasta que no ha transcurrido al menos un tercio de la temporada, y eso ocurrirá en Eibar.

Hasta ahora, estos argumentos han servido para que Poyet se mantenga en el cargo, aunque el debate sobre si debe sentarse en el banquillo contra Las Palmas continúa abierto.

Sustituto
Quienes defienden la destitución del entrenador charrúa argumentan, además de los malos resultados cosechados por Poyet en estas once jornadas, que el parón es el momento oportuno porque ofrece más margen al futuro nuevo técnico para conocer al grupo y hacerse una idea de los recursos con los que cuenta.
Los primeros contactos con entrenadores se han producido ya. Tanteos que no han ido a más, en unos casos porque eran meras pesquisas para conocer la disposición de los futuribles y en otros, como el de Javi Gracia, porque su llegada es "inviable".

El navarro, ya era uno de los que más gustaba cuando adiestraba al Málaga, pero ahora es inalcanzable. Y es que una de las circunstancias que puede mantener a Poyet en el cargo es la falta de alternativas. La directiva piensa que no se puede destituir al técnico sin decidir antes quién será su sustituto y las opciones más atractivas de entrenadores en paro, como el caso de Bielsa, también parecen inalcanzables para el conjunto bético. Las otras opciones pasan por volver a lo conocido, de ahí que surja el nombre de Merino, opción también para el Rayo.
Mientras no se concreta quien puede relevar a Poyet en el cargo, el uruguayo gana un tiempo que puede ser decisivo para su continuidad. Tanto como convencer a su plantilla de que otro Betis es posible.
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