El viernes, en el Benito Villamarín, donde Víctor Sánchez del Amo se sentó por primera vez en el banquillo como técnico del Real Betis Balompié, el técnico madrileño
no hizo honor a las estadísticas que le catalogan de ser
el ‘Rey del empate’ y consiguió
su primer triunfo como debutante en un banquillo, después de haber firmado las tablas en las dos ocasiones que, anteriormente, se ha sentado por primera vez al frente de un equipo.
En la 14/15, cuando
sustituyó a Víctor Fernández en el banquillo del
Deportivo, sumó un
2-2 en Anoeta, haciendo lo propio este mismo año durante su escueta experiencia en Grecia como técnico del
Olympiacos, cuando
igualó a cero el partido de ida que le enfrentó al
Hapoel Beer Sheva de Israel en la ronda previa de la Champions. En la vuelta, fue eliminado tras caer por 1-0.
Y no es que el madrileño lo tuviese más fácil en el Betis, pues
Las Palmas es uno de los equipos con más posesión de la Liga y la grada, de haberse convertido el partido en un monólogo canario, podría haberse puesto nerviosa. Pero Víctor realizó
un gran planteamiento, sustentado sobre un 5-3-2 en el que los laterales jugaban muy alto, y demostró que no sólo tiene
un amplio conocimiento de los equipos españoles (algo fundamental, pues en Heliópolis
se necesitaba rendimiento inmediato), sino que sabe
transmitir sus conocimientos, ya que sus hombres evidenciaron en todo momento que
tenían un plan y
sabían perfectamente lo que hacían.
Obviamente, el trabajo de Víctor
tendrá que ser evaluado más a largo plazo, lo que no quita que en su estreno, el primero con victoria, se apreciasen muchos aspectos en el equipo que
con el ya olvidado Poyet no aparecieron ni de lejos.