Fue recurso para otros equipos

Un sistema 'vintage' obró la inflexión

Un sistema 'vintage' obró la inflexión
Pezzella y Petros acuden a felicitar por su gol a Bruno, con el carrilero diestro Piccini cerca. - Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 3 min lectura
Se popularizó en medio mundo a partir del Mundial de Italia 90, cuando surgió con el fin de neutralizar al extendido 1-4-4-2 con un tercer hombre que realizara coberturas a los centrales y generara superioridad numérica en esa zona.

En España, su principal defensor fue Luis Aragonés, que hizo jugar a Atlético de Madrid, Sevilla, Valencia u Oviedo con una línea de cinco atrás con resultados generalmente positivos. Siempre asociado al conservadurismo y el contragolpe, el 1-5-3-2 o su variante más moderna, el 1-3-5-2, ha dejado paso en la actualidad a otros dibujos en teoría más equilibrados. La moda del 1-4-3-3 no ha terminado, siendo este esquema del Cruyff más tardío el que se vincula con el fútbol ofensivo. También el 1-4-2-3-1 se ha institucionalizado, convirtiéndose en el rey de las preferencias de los entrenadores europeos.

Víctor Sánchez del Amo, que había utilizado ocho sistemas diferentes en sus 52 partidos oficiales previos al desembarco en Heliópolis, eligió un noveno para su estreno como bético. Fue también su primera experiencia desde el inicio con un quinteto en la retaguardia, un giro al pasado que se está poniendo de moda en Primera división.

Y es que los sistemas con tres centrales, un clásico revisado, se han afianzado en otros tres clubes de la elite española (el eterno rival, el Alavés y el Granada), al tiempo que fueron el dibujo preferido de Enrique Martín Monreal durante su etapa al frente de Osasuna. Parece que Joaquín Caparrós, su sustituto, prefiere una línea de cuatro y un doble pivote. Además, otros tres conjuntos de LaLiga (Celta, Málaga y Leganés, éste en dos ocasiones) han empleado en lo que va de temporada 2016/2017 este planteamiento ‘vintage’ como recurso puntual, generalmente en encuentros donde priorizaron el repliegue y la contención, fiando prácticamente todas sus opciones de sumar a la contra y el balón parado.

Con todo, equipos como el Sevilla son el mejor ejemplo de que el 1-5-3-2 o 1-3-5-2 no tiene por qué ser un sistema 'reservón'. Antes al contrario, la escuadra de Jorge Sampaoli sobresale en las estadísticas de posesión, pases y disparos a puerta. En el otro barrio, Víctor Sánchez del Amo obró la inflexión extrayendo todas las ventajas que implica apostar por este dibujo (seguridad en las zonas interiores por acumulación y coberturas que evitan pases filtrados, situaciones favorables para el dos contra uno, mayor poder de recuperación en medular, facilidad para la incorporación de los laterales al ataque...) y consiguiendo que los peros (poca producción ofensiva en elaboración, mayor exigencia a los puntas) quedaran minimizados.
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