Eran minoría entre los 5.150 aficionados que asistieron a Ipurúa, pero los béticos desplazados a Eibar se hicieron oír.
Los aficionados verdiblancos que presenciaron el partido hicieron sonar el himno verdiblanco, se desgañitaron animando a sus jugadores y, cómo no, cantaron contra el colegiado.