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Alavés-Betis: Profeta 'on tour'

Alavés-Betis: Profeta 'on tour'
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 3 min lectura
Han hecho suyo un dibujo nuevo y un sello nuevo que, en menos de un mes, mutaron en apabullante identidad. Con contadísimas excepciones, este Betis intenso, rebelde ante la adversidad y que ha dado rienda suelta, al fin, a la calidad convence a la mayoría de un beticismo hastiado de medias tintas, de mediocridad vendida en tarros perfumados y de mentiras. No necesita la grada del Villamarín más alardes que el orgullo por vestir la camiseta con el escudo de las trece barras en el pecho. El resto suele venir rodado. Y Víctor Sánchez del Amo, con todos los hándicaps imaginables, ha caído de pie por su empeño en gestionar con cordura e inteligencia los recursos de que dispone. Ni siquiera un sistema políticamente incorrecto a priori como el 1-5-3-2 ha lastrado la evolución verdiblanca, fraguada en la implicación de pesos pesados y en la adaptación de un grupo que ha logrado matizar el esquema hasta ganar el equilibrio que faltaba.

Como quiera que los resultados acompañan, con mínimos matices, el proyecto luce reconducido e ilusionante de nuevo. Sin embargo, por casualidades del calendario, el 'modelo Víctor' solamente ha podido ponerse a prueba en la Avenida de La Palmera, donde se contabilizan tres triunfos (uno en Copa del Rey y dos en Liga) y unas vibrantes tablas a tres en cuatro comparecencias. Fuera, un único partido, la derrota que mancha el notable expediente del míster madrileño, aunque seriamente condicionado por una roja rigurosa y tempranera a Piccini. Aquel día, de todas formas, el Betis entró en un agujero negro del que felizmente escapó enseguida, con lo que la coartada de la expulsión otorga el beneficio de la duda. Queda, por tanto, exportar la fórmula, estirarla al máximo, ponerla a prueba lejos del calor de Heliópolis. Será en Vitoria y ante un irregular rival directo por la tranquilidad.

En lo estrictamente deportivo, Víctor recupera al otrora sancionado Petros, que seguirá apercibido, mientras que Brasanac sale de una lista hinchada como es habitual a domicilio para atajar cualquier contingencia. Hasta Zozulia ha tenido sitio en la misma, si bien las variaciones en un once que ya empieza a carburar de verdad se antojan mínimas. Lo lógico es que no se arriesgue tanto en la sala de máquinas y el brasileño recupere su plaza junto a Donk y Ceballos, con lo que Joaquín, que jugó los 90 minutos ante el Athletic, iría al banquillo o porfiaría con Rubén Castro y Sanabria por un puesto arriba.
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