El análisis del Betis-Leganés

Un bloque y los dos que saben

Un bloque y los dos que saben
Cambios forzados y acertados. - Á. Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 2 min lectura
La mayor virtud exhibida por Víctor Sánchez del Amo desde que aterrizó en Heliópolis radica en construir un equipo en función de sus mimbres, consciente de las limitaciones de la plantilla y de la necesidad de explotar a los futbolistas capaces de marcar la diferencia. A partir de ahí, la propuesta del técnico madrileño parte de una máxima intensidad proyectada en una poderosa presión en la zona de creación y en las marcas. Un bloque lo más pétreo posible que no permita pensar al rival, arropado en cada línea y pleno de solidaridad. Sobre esta base innegociable, su Betis no renuncia a la iniciativa y más si ejerce de local, lo que se volvió a percibir ayer ante el Leganés.

No en vano, los verdiblancos trataron desde el principio de asumir el control, ante un rival preocupado, sobre todo, en mantener el orden. Con Petros de pivote y Jonas Martin y Ceballos para generar, circuló con cierta fluidez en el arranque, percutiendo principalmente a través de los dos carrileros, merced a las convincentes incorporaciones de Durmisi y Rafa Navarro. Sin embargo, el Betis, concentrado en todo momento en la contención, pronto encontró problemas para avanzar en estático y empezó a sentirse más cómodo en las transiciones rápidas tras recuperación, maximizando los espacios merced a los dos futbolistas que saben y que Poyet ignoraba inexplicablemente. Así, Ceballos asistió de manera magistral a Rubén, para que éste abrillantara la solidez y la seriedad de un Betis que sentenció en el ocaso con la aportación de los cambios y que, aunque necesita retoques, cada día interpreta con mayor precisión los conceptos de Víctor.
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