Si algún efecto generó la llegada de
Víctor Sánchez del Amo a Heliópolis fue que trajo consigo
algo más de sobriedad defensiva al plantel verdiblanco, imponiendo una línea de cinco atrás
con tres centrales que arropó mucho más al equipo en su objetivo de alcanzar la décima posición de la tabla. Una meta que a tientas ha conseguido más o menos el madrileño
en el Benito Villamarín, pero que sigue estando muy cuesta arriba en los partidos como visitante de los verdiblancos. De hecho, el viernes,
ante el Granada en el Nuevo Los Cármenes, el Betis encajó un sonrojante 4-1 que el brasileño
Petros maquilló y en el que los de Víctor Sánchez del Amo recibieron un 3-0 durante poco más de la primera media hora de partido. Unos tristes registros que son aún más pobres si se tiene en cuenta que el Betis recibió en el primer tiempo en Granada tantos goles (tres)
como en sus siete partidos de Liga anteriores: Valencia, Barcelona, Sporting, At. Madrid, Leganés, Alavés y Athletic Club.
Un resultado, el cosechado en Granada, que ha propiciado el castigo del técnico verdiblanco, quien
vuelve a tener su defensa patas arriba. El derbi está a la vuelta de la esquina y Víctor quiere volver a hacer valer el fortín del Benito Villamarín. Y es que los de Heliópolis acumulan con el madrileño en el banquillo cinco derrotas consecutivas como visitante, estando muy cerca de igualar la nefasta racha cosechada en 2011, cuando llegó a encadenar seis encuentros consecutivos. Las alarmas ya han sonado y en Heliópolis están todos alerta con el objetivo de conseguir cortar por lo sano dicha tendencia.
Seguir haciéndose fuertes atrás y encontrar la portería contraria con hombres como
Rubén Castro, que no atraviesa por su mejor momento, se antojan clave para conseguir darle la vuelta la situación a un
‘efecto Víctor’ que no acaba de arrancar como bético.