El
Betis encajó su tercera derrota seguida por
deméritos propios y ajenos, ya que, aparte del
evidente perjuicio arbitral (gol ilegal de su rival, penalti y expulsión no cobrados a Lemos, tanto anulado por fuera de juego previo inexistente...), la
falta de recursos e ideas de su entrenador resultaron flagrantes. Como en otras ocasiones, el
cuadro verdiblanco se diluyó como un azucarillo tras recibir el primer golpe, bajando los brazos.
Hasta el descanso,
Víctor trató de repetir la fórmula de la primera vuelta, con
Álex Alegría, Petros y Dani Ceballos alternándose en el achique sobre
Roque Mesa y Jonathan Viera para dificultar la salida de balón de
Las Palmas. Todo robo en campo rival, auspiciado también con el adelantamiento de la defensa para estrechar espacios, terminaba con un balón en largo en busca de la velocidad de
Rubén Castro, pero también del poderío aéreo del placentino y de la profundidad de los carrileros. Con Álex Martínez especialmente activo,
el Betis se dibujaba en ataque con un 1-4-4-2, ya que
Tosca realizaba coberturas al de Emilio Lemos, siendo
Mandi el encargado de tapar los huecos que dejara Rafa Navarro. Además, uno de ellos ejercía la presión escalonada para generar superioridad por dentro, con
Pezzella más preocupado por
Boateng.
Con todo, la fragilidad
a balón parado costó a los heliopolitanos el 1-0, tras un periodo inaugural con mayores fases de superioridad. En la reanudación,
las decisiones arbitrales terminaron de sacar del partido y de quicio a los hispalenses, ya a la deriva y
a merced hasta el final del cuadro de Setién.