Ceballos, el enorme talento que no cuajó en ídolo del beticismo

Ceballos, el enorme talento que no cuajó en ídolo del beticismo
El traspaso de Ceballos al Real Madrid será oficial en los próximos días. - Carlos del Barco
EFEEFE5 min lectura
Dani Ceballos es uno de esos jugadores diferentes que da la cantera sevillana y que, pese al enorme talento que atesora y que le ha abierto las puertas del Real Madrid, no ha terminado de cuajar como ídolo del equipo que lo ha hecho futbolista por las vicisitudes de sus renovaciones y su salida final del club.

La Tríada Capitolina de las devociones verdiblancas, los Júpiter, Juno y Minerva de su Olimpo particular, está formada por futbolistas que también salieron del equipo de las trece barras, dos de ellos también rumbo al Real Madrid, y que lo hicieron con su aura intacta para volver: Luis del Sol, Rafael Gordillo y Joaquín Sánchez.

Otros ídolos béticos no salieron nunca, como la 'Zurda de Caoba' Rogelio Sosa Ramírez; y alguno sí lo hizo obligado por circunstancias muy diferentes a las de hoy, como fue el caso del delantero y algo más Joaquín Sierra Vallejo 'Quino', quien, pese a su rebeldía, aún forma parte de las devociones del beticismo ancestral.

'Quino', hijo del poeta Juan Sierra, fue inconformista en la misma medida que genial y, tras ejercer el Betis en 1970 el entonces llamado derecho de retención para evitar que acabara en el Real Madrid, se declaró en rebeldía y acabó en el Valencia y, posteriormente, en un Cádiz que se le ajustaba como un guante. Fundó y dirigió la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).

Dani Ceballos, que el próximo agosto cumplirá 21 años, atesoraba y atesora esas mismas cualidades de entrega, despliegue físico y juego descarado y sin prejuicios, aunque la devoción con él del Benito Villamarín ha tenido sus altibajos derivados de su complicada renovación por el Betis y, ahora, por las circunstancias de su salida.

Daniel Ceballos Fernández, quien ha salido catapultado en su cotización tras ser el jugador más valorado (MVP) de la Eurocopa sub-21 de Polonia, fue descubierto en los escalafones inferiores béticos por el zahorí de talentos que acompañaba a Gabriel Humberto Calderón y que respondía al nombre de Eduardo Anzarda.

Campeón de Europa en Grecia con la selección sub-19, debutó con diecisiete años en ese Betis de 2014, agarró desde ese mismo momento la camiseta de titular y, pese a malos momentos, como el ostracismo que vivió esta temporada con el uruguayo Gustavo Poyet, siempre supo salir a base de compromiso y juego.

Porque el '10' del Betis es de ese corte de jugador que, como reza el axioma taurino, 'tiene el duro y puede cambiarlo' cuando quiere y, pese a ello, sus exigencias en los despachos durante su renovación y su determinación para salir del equipo le han marcado en el fervor de la afición bética.

La ampliación del contrato de Ceballos en 2015 fue difícil y, aunque finalmente se logró hasta 2020, el mediocentro de Utrera se negó a ampliar su vinculación en vísperas del Europeo que lo ha catapultado y ello trascendió junto al indisimulado deseo del futbolista y su entorno de cambiar de aires, como finalmente ha sido.

Al centrocampista, cuya cláusula de rescisión de 15 millones de euros se ha evidenciado demasiado asequible en el actual mercado, también le ha pesado ante el beticismo el hecho de que haya trascendido su intención de irse a un grande con todas sus consecuencias, en caso alguno para jugar cedido un año en el Real Betis.

Luis del Sol salió del Betis en 1960 rumbo al Bernabéu y volvió en 1972 para retirarse tras su periplo italiano; Rafael Gordillo hizo lo propio en 1985 con el Madrid de la 'quinta del Buitre' que él y Hugo Sánchez transformó en 'la de los Machos'; y Joaquín también en 2006 al Valencia y regresó en 2015.
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