El
Benito Villamarín no es tampoco últimamente
Jauja, pero, viendo lo que acontece allende sus fronteras, se le parece mucho. Y más para un
Betis que está en
Babia desde que volviera del segundo parón de selecciones, al que marchó tras un espectacular 4-4 en Anoeta, décimo punto entonces de doce posibles y cénit del estilo
Setién en su versión verdiblanca.
A partir del 15 de octubre, el panorama comenzó a torcerse para los heliopolitanos, que sólo han sido capaces de ganar al
Alavés (y con más fatiguitas de lo que desprendía el 2-0 del electrónico) en las cinco entregas siguientes del campeonato. Ese triunfo, un empate afortunado e inesperado contra el
Getafe y tres derrotas, especialmente sonrojante la del pasado lunes en
Eibar (5-0), justo a la vuelta del tercer y último 'impasse' internacional de 2017.
Cinco puntos de dieciocho en términos globales y uno de nueve en los más recientes, dinámica negativa que se fundamenta en el juego -a los de
Setién les han cogido el tranquillo, ahogándoles en la salida y en la conexión por dentro- y que se refleja en los resultados.
Es obvio, por ende, que urge reaccionar, perogrullada que no adquiere por el momento tintes de final debido a lo temprano del almanaque, pero que mejor no engordar esta tarde ante otro de esos rivales a priori asequibles que tanto se le están atragantando al
Betis. Además, el
Girona acumula cuatro jornadas sin perder (10 puntos de 12), por lo que pondrá a prueba a un anfitrión que debe resetearse y no tirarse de nuevo al callejón.
La confianza y la fe del arranque se echan de menos en
Heliópolis. La apuesta del vestuario por
Setién y su arriesgado pero hermoso ideario no flaquea todavía, si bien necesita de un respaldo tangible. A ello tratará de ayudar la fiel infantería bética, que colapsará de nuevo un
Coliseo de La Palmera que oposita, dados el día y la hora regalados al fin por LaLiga, al récord de asistencia.
El único cambio en la lista de
Setién es el de
Tello (cabreado por su ausencia en Ipurúa) por el castigado
Mandi. El santanderino desveló en la víspera que no hará experimentos con
Javi García de central, por lo que será
Tosca quien releve al franco-argelino.
Sanabria se perfila también como novedad en la punta de lanza, como el más descansado
Guardado por dentro. Incluso,
Camarasa opta a desplazar al banco a
Fabián, restablecido de sus molestias aunque desafortunado ante el Eibar.
Nahuel es otro de los señalados en la mini revolución.