Anda el beticismo rebosante de ilusión. Y tiene motivos para ello. Porque después de varias planificaciones poco menos que ruinosas, por fin ha llegado la cordura a
Heliópolis. El equipo confeccionado por Serra tiene buena pinta. Y la forma que le está dando
Setién, también.
Con el estilo innegociable que el cántabro imprime a todos sus equipos, el nuevo
Betis ofreció unas muy positivas sensaciones ante el
Celta, con remontada incluida. Pero que nadie lance las campanas al vuelo. Esto acaba de empezar y los grades saltos, los que sacan a un equipo con
50.000 socios de la mediocridad y le hacen pelear por la zona noble, no llegan de un día para otro. Sólo se ha dado el primer paso y ahora toca seguir caminando sobre la senda que conduce al crecimiento, en la que también hay que pisar firme lejos de tu hogar.
Visita al dentista al margen (léase el Camp Nou), los verdiblancos afrontan hoy su primer test ‘terrenal’ a domicilio. Será en
Villarreal, en el remozado
Estadio de La Cerámica, una plaza de enjundia donde ganar más crédito y, de paso, recuperar asignaturas pendientes del pasado curso, tanto para Setién como para el propio Betis, que sólo logró cuatro victorias fuera de casa con Poyet y Víctor.
Al técnico santanderino, por su parte, le fue incluso peor con
Las Palmas, ya que derrotó a domicilio al
Valencia en la primera jornada y nunca más saboreó las mieles del triunfo lejos de las islas afortunadas. Una espina, sin duda, que se querrá quitar cuanto antes en su nuevo equipo, un conjunto verdiblanco que independientemente de la entidad del rival, siempre aspirante a
Europa, seguirá apostando por su fútbol-control.
En ese combinativo estilo de juego, Andrés
Guardado se erige en una pieza fundamental, posibilitando con su calidad la fluidez entre líneas, pero el mexicano llega de jugar dos partidos con su selección, de realizar un largo viaje y de completar sólo dos entrenamientos. Por ello, cabe la posibilidad de que el preparador bético le otorgue descanso de inicio, lo que propiciaría la entrada de esa savia canterana en la que tanto se está confiando, con
Narváez y
Fabián como alternativas.
Quien no estará seguro en el once será otro joven valor como
Francis, ya que el de Coín se ha quedado fuera de la lista y su lugar, previsiblemente, será ocupado por
Tello, que ya jugó algunos minutos ante el Celta y parece plenamente recuperado, listo para convertirse en otro baluarte de este equipo.
Por lo demás, la alineación será la misma que la dispuesta antes de un parón internacional que no ha tenido consecuencias negativas, ya que a
Durmisi y
Mandi se les espera en el once y
Nahuel ha vuelto a la convocatoria, siendo el rumano
Tosca, que jugó dos encuentros con Rumanía, el único de los internacionales que descansará.
A la espera de
Boudebouz y
Joel Campbell, por tanto,
Setién querrá hurgar en la herida de un
Villarreal que ha comenzado muy lejos de lo que se espera por tener una plantilla como la suya, con dos derrotas y sin ningún tanto a favor, ambas como visitante.
No cabe duda de que los amarillos querrán resarcirse de este nefasto arranque en el estreno ante su público, aunque
Fran Escribá, que duda en ataque entre
Bakambu y
Sansone, con
Bacca fijo, seguirá lamentando numerosas bajas:
Bruno Soriano, Mario Gaspar, Cheryshev, Roberto Soriano... y los metas
Andrés Fernández y
Asenjo, lo que deja bajo palos a Mariano Barbosa, un portero poco acostumbrado a competir al que habrá que probar.
La ilusión se ha desatado y ahora toca mantenerla. El beticismo sueña con muchos partidos como el del Celta. Pero el gran salto se da a domicilio.