¿Qué ocurre con Ryad Boudebouz?

¿Qué ocurre con Ryad Boudebouz?
Boudebouaz no está teniendo en el equipo el peso que se esperaba. - Carlos Pérez
Carlos PérezCarlos Pérez4 min lectura
Fue, junto a Víctor Camarasa, el fichaje estrella del primer proyecto de Serra Ferrer como director deportivo, pero ni el valenciano ni Ryad Boudebouz han conseguido consolidarse en los onces de Quique Setién. El ex del Levante, no en vano, llegó a estar cerca de marcharse el pasado mes de enero. 

El Betis desembolsó siete millones de euros para hacerse con el franco-argelino, quien ha estado sobre el verde en la presente temporada únicamente 663 minutos, repartidos en 16 encuentros, dos de ellos de Copa del Rey. Es decir, que sólo los nuevos (Rubén Castro, Bartra y Loren), los lesionados (Sanabria y Campbell), los que no cuentan (Tosca, Nahuel y Narváez) y los canteranos (Rafa Navarro, Julio Gracia o Aitor Ruibal) han participado menos. Boudebouz, en definitiva, es el que menos cuenta de los que cuentan. ¿Por qué? 

1. La pretemporada. El ex del Montpellier llegó lesionado, con un esguince de rodilla que le afectó en algo al menisco. Por ello, no pudo trabajar apenas junto al resto de sus compañeros, ni en lo físico ni en lo táctico. Para colmo, recayó cuando parecía estar completamente recuperado. 

2. Adaptación. Tras jugar toda su carrera en la Ligue 1, ésta es su primera experiencia en el extranjero, en un campeonato diferente al galo, donde el juego es más lento, donde tenía más especios para recibir, girarse y pensar. En 'Le Championnat' resultaba extraño verle pasarla hacia atrás, como sí se ve obligado a hacerlo en LaLiga, ante la inmediata presión del rival. Sin dominar el idioma, por otra parte, ha tenido más dificultad que el resto de sus compañeros para comprender e interiorizar la particular filosofía del entrenador cántabro. 

3. El sistema. Generalmente, durante su carrera ha actuado como extremo diestro, a pierna cambiada (Sochaux), o como mediapunta, sobre un 4-2-3-1 (Argelia), un 4-4-2 en rombo (Montpellier), y el hecho de que Setién haya apostado desde el principio por un 4-1-4-1 con interiores de ida y vuelta, obligados a trabajar también en la resta, le perjudica, siendo la derecha propiedad de un intocable Joaquín Sánchez. 

4. Fabián y Guardado. Las expectativas eran muy inferiores respecto al canterano, al que se les estimaba aún verde y que ha termindo explotando, y al mexicano, al que se le llegó a tildar, incluso, de "viejo". La realidad es que ambos se han hecho muy fuertes por delante del pivote y son inamovibles, por fútbol y carácter. Esto último es algo de lo que está sobrado el argelino, si bien debe aprender a canalizarlo para ejercer de líder, como hacen sus otros dos compañeros. 

5. Fondo de armario. Boudebouz casi siempre ha sido el primero de los cambios. El jugador número 12. Lo ha sido hasta que llegaron los refuerzos invernales, pues Setién tenía poco de lo que tirar en el banquillo. Ahora, con Rubén Castro, Loren y Bartra, las alternativas han crecido, lo que le llevó a disputar unos minutos residuales en Vigo y ninguno frente al Villarreal, en el último partido.
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