El término medio, el dichoso equilibrio entre la defensa y el ataque, la necesidad de seguir marcando muchos goles pero reduciendo drásticamente la cifra de goles en contra, es el debate más recurrente en verde y blanco.
La cercanía con los puestos que darán acceso a disputar competiciones europeas la próxima temporada a falta de sólo 11 jornadas para el final de
LaLiga ha acentuado todavía más este debate, sobre todo, después de las últimas probaturas de
Quique Setién. El cántabro ha tocado algunos aspectos del juego y del esquema. Es consciente de que pocos partidos va a poder ganar si su equipo encaja dos o tres goles de media por encuentro, pero debe lograr ajustarlo sin que afecte a su enorme caudal realizador, uno de los mejores de
LaLiga (43 dianas). De momento, no ha conseguido afinar y, después de experimentar una leve mejoría defensiva, ahora la racha se ha cambiado de área.
Después de encajar la friolera de 50 goles en las primeras 24 jornadas (2,1 de media), el
Betis encadenó dos jornadas seguidas dejando su portería a cero y sumó 202 minutos imbatido, desde el tanto de
Benzema en el 3-5 ante el
Madrid hasta el de
Rodrigo en el 2-0 del pasado domingo contra el
Valencia; pasando por el empate a cero ante la
Real Sociedad y el triunfo por 0-2 frente al
Levante.
Del cerrojazo atrás ha pasado a la sequía arriba, a encadenar 220' sin marcar, desde el definitivo 0-2 ante los granotas, de
Sergio León en el 69'. Luego se fue de vacío ante
Real y
Valencia.
Muchos han achacado este hecho a la larga lista de jugadores de carácter ofensivo que dejó en el banquillo de
Mestalla (
Francis,
Durmisi,
Boudebouz,
Sergio León,
Rubén Castro...) y a su tardanza en hacer los cambios.