Llega el momento de creérselo, de soltar amarras, de pisar el acelerador. Y que salga el sol por donde salga.
La enfermería, lejos de cerrar sus puertas, las mantiene abatibles y en plena ebullición, con
Adán como último inquilino.
Nada nuevo bajo el sol de
Heliópolis, valga la redundancia. Por esa misma razón, este factor debe restar menos de lo previsible a un equipo francamente consolidado sobre la base del nuevo sistema con tres centrales, dos carrileros y un buen ramillete de talento por dentro para escoltar al punta, generalmente el descollante
Loren, con mayor libertad conforme los protagonistas se van acercando a la portería contraria.
La inercia, incluso, empieza a sumar cuando el juego no da por sí solo para superar al rival, como ocurrió en el
Coliseum, por lo que toca aceptar de una vez por todas que el
Betis es un aspirante a la
Europa League. Con todas las letras y por méritos propios. Y lo será con mayores argumentos si prolonga su racha de triunfos, fijada actualmente en tres consecutivos. Más si cabe por la concatenación de teóricos rivales directos, pues, tras el
Getafe, los verdiblancos reciben esta tarde a otro teórico rival directo al que bajar de la nube, el
Eibar, antes de visitar al tercero en discordia, el
Girona.
Precisamente por la misma razón,
Setién está tocando últimamente lo justo tanto su dibujo como su alineación inicial. Deberá dar la alternativa bajo palos a
Dani Giménez, prácticamente inédito este curso (exceptuando la eliminatoria copera frente al Cádiz), al tiempo que
Joaquín, tras disputar la recta final del choque ante los azulones, aspira de nuevo a la titularidad, dados su peso específico en el vestuario y la confianza que deposita en él el míster cántabro.
Con todo, no está del todo claro quién le dejaría su sitio en el once, pues
Boudebouz, quizás el más flojo el pasado lunes, es otro de los líderes heliopolitanos y uno de los catalizadores más dotados. La inclusión del portuense sería más sencilla con el 1-4-3-3, giro nada desdeñable al jugar el Eibar con un solo delantero, pero que contrasta con el deseo de
Setién de alterar lo justo y necesario lo que funciona. Y está claro que el dibujo con tres centrales otorga seguridad y una salida más limpia al
Betis, candidato a Europa con todas las de la ley.
No es el momento de la cautela, de las contemplaciones. El proyecto trazado por
Serra y ejecutado por
Setién marcha viento en popa. El viento, encima, sopla a favor. Una ilusionante velocidad de crucero.