Este Betis apuesta con fuerza por aquello en lo que cree. Al club le salió una jugada perfecta cuando, en el pasado mercado invernal, optó por destinar todos sus recursos económicos a un jugador que elevase notablemente el nivel, como fue el caso de
Bartra, antes que repartir el dinero en varios refuerzos de un riesgo mayor.
El central ha demostrado que a veces lo caro resulta barato (y viceversa). Y como dicen que lo que funciona no se debe tocar,
en el presente mercado estival de fichajes ha seguido la misma estrategia: poner la mayoría de su prespuesto en la posición que más urge reforzar: la del pivote defensivo. Se habló de nombres que ya anunciaban un gasto importante (Mikel Merino, Dendoncker, Battaglia, Berge o Marcos Llorente); pero la primera opción siempre ha sido
William Carvalho, titular en ese puesto con la selección de Portugal y con el Sporting Clube, y en el que el club heliopolitano podría llegar a invertir 30 millones de euros. De momento pagará 16 millones más otros cuatro en variables por el 75 por ciento de su pase, pero estará obligado a hacerse con otro 20 por ciento por 10 kilos más si el luso-angoleño es fijo para Setién y juega una determinada cifra de encuentros.
La apuesta bética por
William Carvalho la demuestra un dato:
es el fichaje más caro del Betis en lo que va de siglo XXI y el segundo mayor desembolso en toda su historia; sólo por detrás de un
Denilson al que podría acercarse mucho. El club pagó en 1998 algo más de 31 millones por el brasileño y Manuel Ruiz de Lopera pudo presumir de haberle arrebatado un jugador a todo un Real Madrid que acababa de conquistar su séptimo entorchado de la Champions League.
Además, Carvalho ha desplazado de la segunda posición histórica a Marc Bartra, por el que el Betis abonó 10,5 millones en el pasado mes de enero.
Es decir, que
en los últimos seis meses, Serra ha cerrado dos de los tres fichajes más caros de la historia y de la lista con los diez mayores gastos del club, cinco de ellos -la mitad- llegaron en los dos últimos años.
No en vano, esa clasificación la cierran
Tonny Sanabria, Víctor Camarasa y Ryad Boudebouz. El paraguayo fue fichado por Torrecilla en el verano de 2016 previo pago a la Roma de 7,5 millones de euros por la mitad de su pase. Ya con Serra Ferrer a los mandos del área deportiva, llegaría del Montpellier el argelino, a cambio de siete kilos y otro en variables por el 80% del pase; mismo porcentaje y misma cantidad que le dio al Levante por el valenciano.
Completan la lista de fichajes más caros del Betis
Sergio García, que aparece aún en la cuarta posición con los 10 millones que costó ficharle del Zaragoza en 2008, justo después de proclamarse campeón de la Euro con España; el quinto es
Finidi, que llegó del Ajax por cerca de 10 millones (al cambio) en 1996; el sexto es
Ricardo Oliveira, que costó nueve millones en su segunda etapa en el club (enero 2009, procedente del Zaragoza) y el séptimo es
Rafael Sobis, fichado del Internacional brasileño por 8,5 kilos, en 2006.