El fantasma del quirófano es ya, afortunadamente, un mal recuerdo en el vestuario del
Betis, donde se vanaglorian, sin dejar de cruzar los dedos, por la excelente evolución de los cinco miembros de la actual plantilla que sufrieron lesiones de consideración durante el curso pasado. Sustos aparte, como el protagonizado por
Sanabria en el amistoso ante el
Sporting de Braga (cuando se retiró por precaución a los doce minutos, al sentir una molestia en la rodilla que no pasó de ahí), la recuperación del propio paraguayo, así como de
Zou Feddal,
Andrés Guardado,
Álex Alegría y
Junior Firpo, es toda una realidad.
En este sentido, las revisiones rutinarias (pero muy importantes para certificar la mejoría) a las que se han sometido todos ellos en las últimas semanas han arrojado resultados satisfactorios, por lo que, a día de hoy, dejando a un lado un golpe que sufrió en el hombro derecho el hispano-dominicano ante el
Frosinone (que no le impidió seguir), la enfermería solamente está ocupada por
Joaquín y
Tello. El capitán ha parado por una sobrecarga en el soleo que no le impediría vestirse de corto ante el
Levante en el debut liguero, mientras que lo del catalán es más serio, aunque igualmente leve, pues fue sometido a una pequeña intervención para drenarle un hematoma que le había producido una mala caída y la consiguiente contusión lumbar durante el reciente 'bolo' ante el
Cardiff.
El lunes pasado,
Guardado y
Junior visitaban el
Centro Médico Arduan, sito en
Bellavista, para someterse a una resonancia magnética de control que no deparó sino buenas noticias para ambos, un diagnóstico que ratifica las sensaciones positivas que ambos sintieron a lo largo de esta pretemporada. Como es sabido, el internacional azteca, que forzó pero tuvo que retirarse en el descanso del derbi en el
Villamarín, tuvo que pasar por quirófano en su país para reparar una extraña dolencia en el peroné derecho y no perderse el
Mundial de Rusia. Por su parte, el canterano bético se perdió la recta final del curso anterior por culpa de un esguince del ligamento lateral interno de la rodilla izquierda con un edema asociado en el platillo tibial-medial que se produjo en
San Mamés.
Feddal,
Sanabria y
Alegría han sometido a diferentes pruebas su
tendón de Aquiles izquierdo (en el caso del norteafricano) y sus respectivas rodillas operadas (los dos últimos), recibiendo en beneplácito de los responsables de sus intervenciones.