Resulta complicado mirar a Cristóforo y no ver a Inti Podestá. El ´14´ logró ante el Espanyol, en una oportunidad que merecía, lo impensable: que nadie echase de menos a Krychowiak. Y lo consiguió a base de esfuerzo (realizó 10 de las 30 tackles con éxito del Sevilla en todo el partido), sí, pero también de inteligencia táctica (estuvo en todos los sitios, siempre donde debía) y de acierto con el balón. De hecho, fue el futbolista que más faltas recibió en el partido (4), porque tuvo mucho el balón en los pies, y también el que más pases entregó con acierto (48 de 50).
En un día en el que volvimos a ver llorar a Sergio Canales, por romperse otra vez el ligamento cruzado, resultó más fácil distinguir que lo de Cristóforo, más que trabajo, es una auténtica proeza, la hazaña de un prometedor mediocentro que se negó a dejarse vencer por la mala fortuna.
Carlos Pérez
