Charly Musonda y la fábrica de recursos

Carlos PérezCarlos Pérez
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Charly Musonda y la fábrica de recursos
- Carlos Pérez
La puesta en escena de Musonda causó un fuerte impacto. Pronto demostró que tenía tantas ganas como talento. El control del balón, el descaro para encarar, la velocidad de movimientos y de mente... Con los minutos fue creciendo porque dejó de jugar para la grada y comenzó a jugar para sus compañeros. Por el centro, más cerca de Ricky, Rubén o Ceballos, se apreció que el belga puede batir líneas con y sin balón, que agita, atrae -genera espacios- y maneja una auténtica fábrica de recursos.

Quizás a mitad del partido recordó el consejo que le dio Juan Mata cuando lo vio por primera vez en un entrenamiento del primer equipo del Chelsea: “Juega con cabeza, pequeño”.

Es, posiblemente, lo que le llevará a convertirse en una estrella. El resto lo tiene. Me sorprendió, sobre todo, la precisión en el pase y la elección del mismo tras el regate. Cuando lo estaba ejecutando, ya sabía cuál iba a ser su siguiente movimiento. Tiene una visión periférica, lo que, unido a facilidad para poner de gol al resto y su buen golpeo, invita a que Merino le halle un lugar por el centro, que le rodee de más talento y que participe cuantas más veces mejor. El belga es joven e inexperto, pero tiene recursos hasta para esconderlo.
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