Opinión

Sólo Dios le entiende

Carlos PérezCarlos Pérez
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Sólo Dios le entiende
- Carlos Pérez
Los argentinos tienen un apego especial por su país y su fútbol, cargado de fanatismo y con una mística muy particular. Regresó Tévez, a Boca, cuando atravesaba por su mejor momento en la Juventus; Agüero, al rechazar una oferta multimillonaria del City, ya ha anunciado que hará lo propio, él a Independiente, cuando acabe el Mundial de Rusia; y confirmó lo mismo Banega tras su último partido con la Albiceleste: "Me encantaría volver a Newell´s, y no creo que eso ocurra dentro de mucho tiempo".

Podrían ganar mucho más en Europa, pero su pasión por el fútbol va más allá del dinero o del torneo que disputen. Su Champions particular es defender unos colores que sienten tanto como un hincha, jugar ante las gradas en las que estuvieron animando años atrás. Y ellos mismos son conscientes de que no es habitual dejarse llevar por el corazón en un deporte tan desnaturalizado. El aún sevillista, incluso, lo reivindica en el tatuaje que tiene en la parte posterior de su pierna derecha, con una leyenda que puede leerse bajo un escudo gigante de 'La Lepra': "Sólo Dios me entiende".

Es más complicado encontrarle explicación a su cacareada marcha al Inter. Por mucha pasta que le ofrezcan y por muchos amigos que tenga allí, que los tiene (Carrizo, Palacio y, sobre todo, Icardi). Banega es un futbolista diferencial, por perfil y talento. Podría jugar en el equipo que quisiese, y está, de hecho, en la edad ideal para hacerlo, antes de regresar a su Newell´s.

Diría que no es una cuestión de dinero, porque ganaría incluso más en otros clubes, pero tampoco acierto a adivinar qué le lleva a cambiar un equipo campeón, en el que es el líder, por uno ahora inferior. Será que sólo Dios le entiende.
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