Ganso y Ben Yedder

Existe la mala costumbre entre aficionados y prensa de sacar conclusiones definitivas ya en septiembre o por un solo partido. Para el Sevilla, no valían en su día Luis Fabiano, Pareja, N´Zonzi, Gameiro o Banega. Se han dicho y escrito barbaridades sobre futbolistas de una calidad contrastada, normalmente, por desconocimiento, pero también por impaciencia. Se exige ganar siempre y hacerlo ya. No se tienen en cuenta la adaptación, los problemas físicos o que el entrenador de turno sea incapaz de sacarles rendimiento, por falta de motivación o por no saber explotar sus cualidades. Y es una situación, igualmente, que también viven en sus carnes los propios técnicos. Se machacó a Juande Ramos, se crucificó a Unai Emery y, ahora, se pone en entredicho a Jorge Sampaoli.

De la actual plantilla, se ha condenado casi sin haber aterrizado a Gabriel Mercado, Matías Kranevitter o Ganso. Los dos primeros ya van sacudiéndose las críticas (destacables sus actuaciones en el derbi), pero el brasileño pasó directamente al 'corredor de la muerte', pese a que llegó tarde, lesionado, de un fútbol muy distinto y para jugar en una posición que no es la suya. Ganso es de último pase, de jugar por detrás del delantero, y ahí Sampaoli tiene hombres de sobra. Así, lleva dos partidos seguidos sin ir convocado, mientras en su país algunos equipos ya se frotan las manos con una posible cesión. Es pronto, pese a todo, para sacar conclusiones definitivas, como digo. Tiene lo más importante: calidad.

Ben Yedder tampoco estuvo en el derbi ni lo hará en Bilbao. Lo suyo extraña más. A Sampaoli le gusta. Le recuerda, por su tren inferior, a Agüero, pero, sin ser parecido a Vietto, es cierto que Carlos Fernández puede ofrecer soluciones distintas y que el técnico debe mirar, ante todo, por el bien del equipo. Seguramente, otro día lo mejor será poner a Ganso y Ben Yedder. Esto aún puede dar muchas vueltas.