Y se veía venir, Sevilla

Carlos PérezCarlos Pérez
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Y se veía venir, Sevilla
- Carlos Pérez (@carlosperezED)
No, no era dosificación. Tampoco, que los jugadores estuviesen pensando desde hace semanas en este partido. Simplemente, era un bajón, un largo letargo que ha acabado con el sueño del Sevilla de meterse en cuartos de final de la Liga de Campeones y que se ha tornado en pesadilla. Un fracaso. Y la realidad, pese a que muchos lo intentasen tapar o lo obviasen, es que se veía venir.

A Sampaoli, que lo cogió al vuelo, se le ha ido cayendo el equipo y no ha sido capaz de levantarlo. Ni dando descanso a algunos de sus jugadores, ni cambiando de sistema, ni gritando desde la banda. Sus pupilos han dejado de creer en la idea. Dejaron de vivir en campo contrario y dejaron de defender todos desde arriba.

El Sevilla es un flan, un amigo que se ha acostumbrado a devolver el balón desde los once metros. Dos veces ante el Leicester, seis en total esta temporada. Y, para más inri, se ha encontrado con un rival que recordó, tras irse Ranieri, que hace unos meses fue campeón de la Premier, con un equipo que tenía fe de verdad, que iba al choque y se llevaba todos los balones.

Se pudo enganchar con el 1-0, con un disparo que llevaba el alma de Escudero, pero poco más. Este Sevilla ha vivido grandes gestas, pero los milagros se buscan y ante el Leicester no lo hizo porque ni siquiera pudo encontrarse.

Queda la Liga y toca levantar la cabeza. El año que viene hay otra edición de la Champions y el domingo debe salir vivo del Calderón para ponerse más de cara la tercera plaza. Y si ya no juega Nasri, tampoco pasa nada.

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