El Sevilla de Correa y Ganso

Carlos PérezCarlos Pérez
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El Sevilla de Correa y Ganso
- Carlos Pérez (@carlosperezED)
Pese a que las victorias le hacían parecer erguido, el equipo se estaba cayendo poco a poco, hasta desplomarse por completo en Leicester. Había perdido el control de los partidos, el físico le duraba sólo 45 minutos, recibía ocasiones con suma facilidad y no tenía gol. Demasiados problemas como para no resentirse.

Realmente, todos los equipos tienen altibajos. La diferencia con el de Emery es que el Sevilla con el vasco empezaba horrible y tenía una línea ascendente, llegando al final de temporada en su mejor momento (también ocurría con Juande). El de Sampaoli arrancó antes, pero se desfondó en la parte más trascendente de la temporada. Se le daba por muerto, hasta que el de Casilda, en busca de una reacción necesaria para que no se escapara la cuarta plaza, le dio un giro, sacando su lado más bielsista, el del vértigo, y dejando en un segundo plano el de Guardiola, el del juego de posición. 


Para instalarse en campo rival, le valían más Nasri y Franco Vázquez, quienes además le aseguraban un rendimiento inmediato en un equipo que comenzaba la temporada jugando finales y que necesitaba ganar para creer en una nueva y extravagante idea. Y funcionó, hasta que los rivales acertaron a contrarrestar su juego y hasta que a Samir y al 'Mudo' les alcanzó la gasolina, gastada, sobre todo, en presionar sin descanso tras la pérdida. 

Como jugar con vértigo, además, exige velocidad, física y mental, nada mejor que tirar de quien mejor ve y explota los espacios, Paulo Genrique Ganso, y de quien le puede dar más en las transiciones rápidas, por rapidez, desborde y frescura. La entrada del 'Tucu' Correa y el brasileño tiene que ver con este nuevo estilo de juego, más vertical, aunque también con los períodos de adaptación, en unos futbolistas más largos que en otros, en algunos inexistentes y en otros eternos.

A Correa se le sumó su juventud (22) a su escasa experiencia en Europa (sólo 1.500 minutos en una Serie A), a la alta competencia en la zona en la que más invirtió en verano el club y, finalmente, a una indefinición en cuál es su posición ideal. Ni es interior, ni extremo, ni mediapunta, ni delantero. Aunque tiene cualidades para jugar en muchos sitios, no es fácil quitarle el puesto a futbolistas más específicos. El 'Tucu' debe definirse y Sampaoli, últimamente, está en ello. El Griezmann de la Real, por ejemplo, tiene poco que ver con el actual, y eso requiere de un proceso. 

Ante el Celta, el ex de la Sampdoria completó los seis regates que intentó. Es decir, una auténtica barbaridad. Para hacerse una idea, Messi intentó cinco ante Osasuna y tuvo éxito en tres. Todos ellos, además, aunaron rapidez y recursos técnicos, los cuales han empezado a emanar al tiempo que ha sentido la confianza. Seguramente, Correa será un jugador de bastante peso en la 17/18.   

El caso de Ganso es distinto. Si no había salido antes de Brasil es por las dudas que existían sobre si lograría adaptarse a otro ritmo de juego. Y, efectivamente, su velocidad física es muy inferior a la del fútbol europeo. No obstante, como decía Panzeri, "los hombres veloces no hacen al fútbol rápido; el fútbol rápido surge de las mentes veloces", y la de PH es privilegiada. Para colmo, llegó lesionado y se encontró con la irrupción de un Nasri que, en sus primeros meses, llegó a recordar al de antaño. 

A este nuevo Sevilla, sin embargo, le importa tener menos el balón, por lo que necesita menos al marsellés y más al 'canarinho', capaz de ver huecos donde no los hay, de aparecer unas pocas de veces y ser en todas ellas determinante. Ante el Celta, Ganso fue el jugador que más pases dio en el tercerio superior del campo (28) y, como se aprecia en la imagen, en cinco de ellas fue para dejar a algún compañero casi de cara al portero rival. Desde luego, merece la pena atar más a N'Zonzi y colocar otro medio defensivo (Iborra o Kranevitter) para que el ex del Sao Paulo pueda jugar con la chistera en la mano.     
 
Tras tocar fondo, ha surgido un nuevo Sevilla, uno con más vértigo, el de Correa y Ganso. Justo a tiempo para atar, al menos, la cuarta plaza. Bienvenido. 


 
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