Las claves del cambio del Sevilla de Montella

Carlos PérezCarlos Pérez
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Las claves del cambio del Sevilla de Montella
- Carlos Pérez (@carlosperezED)
Sí, es mérito de Vincenzo Montella. Claro que sí. La del entrenador es una figura determinante en un club, pese a que en el Sevilla se llegase a pensar hace unos años, los de Míchel, Manzano y compañía, que el equipo ganaba por inercia, por el buen funcionamiento de la entidad.

Al entrenador de turno, eso sí, hay que darle lo que necesita para que pueda desarrollar su idea de juego. Seguramente, Arias pensó que a Berizzo le valía lo de Sampaoli, cuando tienen poco que ver. Muy poco. Después, es cierto que tampoco el 'Toto' supo adaptarse a la plantilla ni tocó las teclas necesarias. Pese a que cambió varias veces el centro del campo, modificando dibujo y hombres, el problema era mucho más profundo: su complejo sistema defensivo -basado en duelos individuales- requería de un tiempo para poder ser interiorizado que los grandes no tienen, las rotaciones indiscriminadas impidieron construir una base sobre la que crecer, la preparación física era deficiente y el trabajo de scouting, si es que existía, no se reflejaba en los partidos.

Respecto a esto último, tuvo que hacer el ridículo en Moscú para saber que el Spartak te destroza con rápidas transiciones tras la pérdida y que Quincy Promes es, de largo, su mejor hombre. Y tampoco sabía de antemano que el Maribor se le iba a encerrar en su campo, porque, de lo contrario, no habría puesto de inicio a Banega en la base de la jugada, donde era inservible por la nula presión del rival, ni a Correa, mucho mejor cuando hay espacios, como extremo. Tres días después, en un Bernabéu con muchísimo campo por recorrer, apostó por Nolito, cuyo partido, por desborde en estático y golpeo lejano, era claramente el de Maribor. Como estos detalles hubo cientos, muchos imperceptibles para el aficionado. Por ello, llegado el parón y el mercado invernal, a Castro y Arias no les tembló el pulso.

Es que antes parecían todos malos. Nzonzi, el mayor valor del club, el mismísimo demonio. Un demonio devaluado... Hasta este martes: tras su partidazo, ya vuelve a valer 40 millones de euros. Y es clave el regreso del francés al once, sin duda, aunque sólo se trata de un aspecto más que suma. Un equipo no da tamaño giro por un único motivo. Y menos por un mero cambió de actitud. Es cuestión de trabajar mejor, de hacer las cosas bien. Tácticamente, el Sevilla es otro. Defiende más ordenado y, sobre todo, más junto, lo que le facilita una barbaridad la recuperación. No es que antes no corriese, es que apenas le lucía, habiendo tanta distancia entre sus jugadores.

Montella ha recuperado, además, una clave del Sevilla de los títulos, en ambos períodos: el protagonismo de los laterales (ni Mercado aportaba, ni Escudero estaba a su nivel). Ha inculcado tener el balón para darle un uso práctico, y no para tenerlo por tenerlo. Ha sido valiente con sus planteamientos y justo con los jugadores, poniendo a los que están mejor. El italiano, sobre todo, ha traído cordura... hasta para el mercado de fichajes: en el club no había intención de fichar otro medio creativo que permita a Banega tener un respiro.

Seguramente Berizzo sea un gran entrenador, pero aquí no le fue bien, como a Montella no le fue bien en el Milan. El caso es que el 'Aeroplanino' sí ha sabido tocar las teclas necesarias en Nervión y el Sevilla, que se arrastraba, ya vuela.  
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