Caparrós, los huevos y el juego

Carlos PérezCarlos Pérez
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Caparrós, los huevos y el juego
- Carlos Pérez (@carlosperezED)
Volver al pasado es un claro indicio de que en el presente no te va como desearías, pero a José Castro le ha salido bien la idea, tras la confirmada reacción del equipo, de tirar de Joaquín Caparrós. El Sevilla ganó, y lo hizo además con el sello del utrerano: estando más junto, recibiendo menos disparos entre los tres palos (uno), luchando siempre, teniendo poco aprecio por la posesión, perdiendo tiempo y ganando, en definitiva, como fuese, por lo civil o lo criminal.

El objetivo -parcial- es el de meterse en Europa League y, tras jugarse buena parte de esta jornada, puede decirse que el paso adelante es mayúsculo, pues los nervionenses han dejado atrás a la Real Sociedad, el Girona sigue donde estaba y el Dépor, con un gol en el 91', ha eliminado prácticamente al Celta. O sea, que la pelea queda reducida, si nada extraño ocurre, a un duelo contra el Getafe.

Caparrós "ha traído huevos", como decía Sandro, pero también algo más: cordura. Por ejemplo, respecto a los canarios. Puso a Roque Mesa de inicio y al ex del Málaga, que se fabricó el penalti de la victoria, en punta. Lo que veía cualquiera, en realidad, excepto Vincenzo Montella, 'el Míchel italiano'.

Ahora bien, si le dará con eso para doblegar al Madrid y al Betis está por verse. Con los huevos se pueden ganar algunos partidos, pero el Sevilla levantó títulos gracias al buen juego. Más bonito o más feo, pero bueno, en definitiva. Lo recuerdo porque Caparrós es justo lo que se buscaba... para estos cuatro partidos. Que no se pierda la perspectiva, aun sumando un hipotético 12 de 12, que los huevos caducan y el problema deportivo del club es mucho más profundo.
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