Maratón de Nueva York

El hispalense Pablo Roas hace realidad su sueño americano

El hispalense Pablo Roas hace realidad su sueño americano
Pablo, junto a su padre José Manuel, a Juan Espadas y a David Guevara, entre otros. - Antonio J. Medina
Antonio José MedinaAntonio José Medina 3 min lectura
El próximo domingo, cuando el Maratón más mediático del mundo acabe, Pablo Roas no será aclamado como ganador, pero habrá ganado. El joven sevillano vivirá el sueño de todo atleta: surcar por las calles de Nueva York. Correrá junto a unas 50.000 personas por la Gran Manzana, pero él tiene un plus, nació con parálisis cerebral, apenas puede valerse y disfruta de este deporte acompañado de su padre, José Manuel, quien ha encontrado en el atletismo la forma de compartir una afición con su hijo.

Su presencia en esta mítica prueba parece la historia de un cuento de Navidad –con dos meses de adelanto-. "Ha sido una historia sorprendente y se ha movido todo de forma providencial. No había nada planificado. Un día recibo una llamada de un tal Felipe, al que yo no conocía de nada, y me cuenta que se había emocionado al ver los vídeos míos corriendo con Pablo que habían colgado en la red y nos cuenta que le haría ilusión llevarnos a Londres, pero que, como no podía ser porque no daba tiempo, si queríamos correr en Nueva York", narra José Manuel, quien tras la sorpresa inicial se encontró con mil y un problemas logísticos, el último de los cuales estuvo a punto de impedirle correr: no tenía una silla de ruedas homologada. Pero el Banco Santander y su proyecto deportivo ´#1/2/3 a correr´ se la consiguieron en tiempo récord y el pasado lunes, con la presencia del alcalde, tuvo lugar la entrega oficial.

Tras esto quedaba por completar una logística no menos difícil: la del propio Pablo. "Es que todo es muy complicado. Para uno mismo no habría problemas, pero tienes que ponerte en su lugar. Si un corredor pasa frío, pues lo pasa, si llueve, pues se moja, pero Pablo no puede. Además, está la medicación, la alimentación... Yo quiero ya estar allí, con las maletas dentro de la habitación".

De sus palabras se deduce toda la tensión que el propio José Manuel ha tenido que acumular en estos últimos días. "Pablo no entiende que vamos a ir a Nueva York, pero él capta cuando la familia está nerviosa, entiende lo que es montarse en un avión, pasear por un sitio que no conoce y esta ciudad es tan distinta que él va a poder disfrutarla mucho", asegura. Tanto como espera que disfrute la carrera. "Con la cantidad de la gente que hay, con lo que animan, porque hay animación especial para gente con dificultad, como nosotros, estoy seguro que se lo va a pasar genial. No hay carrera que tenga más animación", sueña. Hoy partirá hacia ese sueño.
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