La reacción del Baloncesto Sevilla en las últimas jornadas, en las que ha conseguido abandonar los puestos de descenso de la ACB hasta asomar la cabeza en la decimoquinta posición, no se esconde bajo una sola respuesta. No obstante, una de las claves pasa por el buen momento que atraviesa su pareja de bases, con la regularidad y la solvencia como marca de la casa. De un lado, el desparpajo y la progresión del serbio Nikola Radicevic, quien al igual que sus compañeros Willy Hernangómez y Kristaps Porzingis decidió inscribirse en el ´draft´ de la NBA; y de otro, el estadounidense Ben Woodside, prácticamente un ´álter ego´ del técnico Luis Casimiro sobre el parqué. "Tenemos una pareja de bases que es muy buena. Ben dirige muy bien y asiste, es un entrenador más dentro de la pista. Niko juega a campo abierto, cambia los ritmos de partido. Es letal yendo a romper", manifestó el entrenador manchego justo después de la crucial victoria frente al Unicaja de Málaga.
Entre ambos lograron 11 asistencias en su compromiso ante los de Joan Plaza, lo que da una idea de su importancia en el desarrollo del juego hispalense. Radicevic no necesita presentación. Desde su aterrizaje en Sevilla en la temporada 2012/2013, el balcánico ha experimentado una mejoría que le ha llevado a ocupar un rol determinante en el club. Esta campaña, con 21 minutos por partido, el base serbio promedia 3,1 asistencias, 7,4 puntos y 7,6 de valoración.
Su evolución a pasos agigantados ha permitido que se gane un nombre tanto a nivel nacional como internacional, con muchas ´novias´ siguiendo sus pasos en los últimos meses.
Un empuje que halla el perfecto complemento en la madurez de Woodside, quien tiene la virtud de destacar incluso cuando se le hace pequeño el aro rival (frente al Unicaja se marchó con un solo punto en su casillero).
Su veteranía e implicación hacen del de Minnesota un pilar fundamental en el juego del equipo, contando además con la total confianza de Casimiro. Hasta ahora promedia 6,9 puntos y 7,1 de valoración. Su rendimiento, como el de Radicevic, permiten al técnico manchego estar tranquilo en cuanto a la dirección.
Juan Miguel Jiménez3 min lectura