Un compás de espera compartido

Los despachos del Baloncesto Sevilla siguen echando humo en pos de una solución que acabe con la incertidumbre que sobrevuela la entidad de San Pablo desde hace ya demasiadas semanas. Una crisis económica que no sólo acecha al deporte de la canasta, con los casos de los hispalenses o el Fuenlabrada (que ayer anunció que baraja la posibilidad de solicitar la paralización de la Liga Endesa en la justicia ordinaria en el caso de que el Consejo Superior de Deportes decida la inclusión del Baloncesto Ourense en la Liga y la salida de los madrileños).

Sin ir más lejos, en el mundo del fútbol, el Elche constituye el ejemplo más cercano, ya que ni el ‘deporte rey’ se libra de estas apreturas. Tampoco el balonmano. Ayer mismo, el CSD tumbó la posición de la Asobal y garantizó la continuidad del Frigoríficos del Morrazo y del Teucro en la máxima categoría. Los dos equipos gallegos habían sido excluidos el pasado 17 de julio por “incumplir” los requisitos administrativos y económicos.

En el caso del Baloncesto Sevilla (sin novedad desde la última comparecencia del presidente, Fernando Moral), se mantiene la esperanza. El último en hablar, José Luis Galilea, quien ayer se pronunció en ‘El País’. “En Sevilla es complicado porque hay dos clubes de fútbol muy potentes. Contamos con 2.000 socios, no los 8.000 que le dan un empujón importante al Bilbao, por ejemplo”.