El
Betis Baloncesto regresa este martes al trabajo en Amate tras caer en Santiago ante el Obradoiro (89-70). Una vuelta marcada por la ausencia de compromiso liguero la próxima jornada, después de que adelantara su encuentro de la fecha 33 frente al Real Madrid, y por la
confirmación del descenso matemático a la LEB Oro. El segundo varapalo consecutivo, pues en la 16/17 también perdió la categoría sobre las pistas, aunque fuera subsanado posteriormente en los despachos. El Club Baloncesto Sevilla se creó por estas fechas hace 31 años y, desde la pasada temporada, compite con la nueva denominación al hacerse con su capital social el Real Betis Balompié, pero este nuevo rumbo no ha empezado bien y, salvo que alguna gestión administrativa lo impida, competirá el nuevo curso en la
LEB Oro tras 29 años seguidos en la máxima categoría nacional.
La inestabilidad del club, siempre bajo el patrocinio de la entidad financiera Caja San Fernando, posteriormente Cajasol y Banca Cívica, llegó cuando ésta fue absorbida por CaixaBank, que en la temporada 14/15 traspasó las acciones a la compañía estadounidense
Jefferson Capital Funding. Bajo la dirección de este grupo norteamericano, el equipo también coqueteó con el descenso en esa campaña y CaixaBank volvió a recuperar el capital social del CB Sevilla en la siguiente como transición hasta encontrar a un nuevo comprador.
Éste llegó de la mano de los actuales dirigentes del Betis y la empresa
Energía Plus, que se estrenó con los colores y el nombre del club de fútbol en la pasada campaña, en la que el nivel deportivo no se recuperó y se consumó el primer descenso. A esta campaña sólo le resta el encuentro en San Pablo frente al
Iberostar Tenerife, que pondrá fin a una etapa en la que las alegrías brillaron por su ausencia.
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