Todo o casi nada. El Sevilla se juega esta noche a una carta entrar de forma definitiva entre los poderosos del fútbol europeo o tener que ganarse una vez más el respeto de todos demostrando el potencial que tiene en la segunda competición continental.
Una cita en la que sólo parece tener en contra el hecho de tener que jugarla en campo contrario, porque si hablamos de experiencia el Sevilla debería ganarla de calle: es su tercera final de la temporada -las otras dos fueron reales-. Si lo hacemos de ventaja, también, porque a los de Sampaoli le pueden valer hasta los tres resultados posibles -victoria, empate o derrota (si es por la mínima)-.
Si miramos las aspiraciones, no hay color, uno está peleando por la mejor Liga del mundo, aunque el Madrid marche destacado, y el otro por alcanzar un puesto europeo la próxima temporada en la quinta liga continental. Si hablamos de números, el Lyon tiene el doble de derrotas, tanto en la Champions como en la Liga gala, que su rival de esta noche... Sin embargo, esto, aunque influya, a la hora de la verdad, no vale. Por eso nos gusta tanto.
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