Tanto Víctor como el beticismo ansían la llegada de refuerzos para apuntalar la plantilla, una espera que merecerá la pena si la demora trae consigo incorporaciones contrastadas y que garanticen el necesario paso al frente. Miguel Torrecilla actúa en esta dirección y el primer movimiento concretado se presenta prometedor: Rubén Pardo. El Betis perseguía criterio y visión para la zona ancha para no depender exclusivamente en esta parcela determinante de Ceballos y el canterano de la Real Sociedad cuadra a la perfección en este perfil, por su elegancia, claridad de ideas y capacidad para captar el espacio. Este año no ha gozado de protagonismo, pero reflejo de su confianza en él, el club txuri-urdin se asegura su renovación antes de cederlo, porque, a sus 24 años, el riojano posee un enorme potencial que estará al servicio del Betis.
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