El listón se encuentra a una altura elevadísima y cualquier juicio desde ese rasero resultaría completamente injusto. En Nervión ha arrancado una nueva etapa ya sin Monchi, y, por ende, las valoraciones de la flamante dirección deportiva deben realizarse a partir del trabajo que realice Óscar Arias. Una obviedad no tan obvia para los que pronto comenzarán con las comparaciones y mirarán con lupa cada movimiento del onubense, que, más allá de la importancia en el club de su antecesor, parte con el crédito a tope.
Ayer dijo justamente lo que tenía que decir. Habló de continuismo, lógico por la naturaleza de su designación, pero también que afronta el cargo sin temor y consciente de que le respaldará la 'marca Sevilla' en cada llamada y reunión para convencer a los objetivos en busca de que Nervión siga celebrando éxitos.
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