Dijo el presidente del Betis, Ángel Haro, que iba a crear una comisión deportiva, contando con Torrecilla; que Serra Ferrer venía a sumar y trabajaría junto al director deportivo, firmado hace un año como eje angular de otro proyecto... Poco después de la llegada del balear, y tras las primeras decisiones de éste -en el fichaje de Setién, sin ir más lejos-, Torrecilla se ha sentido desplazado, ha tirado de dignidad y ya ha cambiado el Betis por el Sporting.
Serra Ferrer se queda con todo el poder. Al mando de un club en el que va camino de hacer, incluso, las veces de presidente. Es, probablemente, lo mejor que le puede pasar al Betis. Serra es hombre de fútbol y debe ser él quien construya un modelo que han sido incapaces de implantar Haro y Catalán, que ya han despedido a dos directores deportivos y a cinco entrenadores.
Un gestor con las ideas claras, Serra; un buen entrenador, Setién; y lo más importante: un plantel que está por hacer y que debe amoldarse a las necesidades del fútbol que quiere practicar el técnico y que gusta a la afición del Betis. A ver si Serra Ferrer es capaz de dar con la tecla.
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