Como todos esperaban, la junta extraordinaria de accionistas celebrada ayer, la cuarta en menos de dos años en clave verdiblanca, fue una balsa de aceite para Ángel Haro y José Miguel López Catalán, quienes renovaron el apoyo de los titulares minoritarios, dejando en amago sin consecuencias la intentona por desbancarlos de Rafael Salas y Adrián Fernández Romero, escindidos de su consejo y claramente críticos con un proyecto que, sobre todo en su vertiente deportiva, no ha funcionado. El desgaste, por lo tanto, fue mínimo, escenificando ´Ahora, Betis, Ahora´ un nuevo baño de masas que ha de servirles de aliciente, aunque también de responsabilidad para buscar de una vez ese salto de calidad que demanda la afición. Lo que sí ha conseguido ´Arriba, Betis, Campeón´, a cuyas cabezas visibles (los mencionados Salas y Adrián, amén de Alfonso Pérez Muñoz y Miguel Valenzuela) penalizó la imposibilidad de vincular nombres importantes a su proyecto, es generar una alternativa distinta al regreso al pasado que personifican Lopera, Castaño u Oliver. Y, de forma indirecta, incentivar la contratación de un técnico y unos futbolistas ilusionantes antes de expire el mes de junio, encomienda harto inusual en Heliópolis. Hechos, al fin, que poder unir a las palabras.
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