Despedidas antagónicas

Despedidas antagónicas
- R.S.
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 1 min lectura
La huella en la memoria de los sevillistas no será acorde a los méritos que ha coleccionado en el verde, suficientes para salir de Nervión por la puerta grande, como un verdadero ídolo de la afición por su mayúscula aportación. Porque Vitolo aparecía cuando nadie lo hacía, porque arrancaba con su potencia innata cuando el equipo más lo necesitaba y jamás se escondía. Dio la cara cada minuto y también ante los medios en los momentos difíciles, y marcó la diferencia sobre el césped. Se merecía que el sevillismo le recordará como lo hará con Iborra, como un guerrero blanquirrojo, como un adalid de unos colores que enarboló incluso cuando apenas le restaban fuerzas. La profesionalidad de ambos les equipara, pero el fin de su historia en el Sánchez Pizjuán les separa. Vitolo no ha gestionado con habilidad su adiós, no ha sabido controlar los tiempos ni intervenir cuando la situación lo requería. Porque la afición entienden que se marchen, como ocurre con Iborra, pero no de esa manera, en la que no se ha reflejado el amor que sin duda siente por los colores que defendió con pasión y talento.
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