Jovetic minimizaría los efectos del veneno inoculado en la moral de los sevillistas por Vitolo. El perfecto antídoto para olvidar el esperpento de un futbolista que desde la distancia afirma no merecer reproches cuando su forma de actuar invita a todo lo contrario. El montenegrino ilusiona al sevillismo y eleva sin duda el nivel de la plantilla, por lo que, con el impulso económico derivado de la traición del canario, los nervionenses deben cerrar de una vez la operación y asegurarse el regreso del delantero balcánico. Así se tranquilizarían los ánimos y se regenaría el entusiasmo que estaba generando el primer proyecto de Berizzo. En el Sánchez Pizjuán lo saben y trabajan para culminar esta operación y también la de Nolito, sin olvidar otros frentes para construir un equipo que entierre cualquier sinsabor y regale alegrías.
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