Para crecer se precisa una base sólida, pilares capaces de sostener el peso de la exigencia y que otorguen la firmeza necesaria para que las adversidades no comprometan su integridad. José Castro lo sabe y por ello se afana como presidente en mantener la estabilidad social y económica de un club que ha alcanzado una dimensión mayúscula y que aspira a continuar superando límites con una ambición coherente. El mandatario se puso al servicio del club cuando la situación lo requirió y desea seguir al frente mientras su presencia sea buena para el Sevilla. Y a día de hoy, tanto los resultados como la bonanza financiera hablan a su favor.