No por menos esperado es menos importante. La Junta de Accionistas celebrada ayer pone
un antes y un después en la historia del Betis. Pone fin a una etapa turbulenta que ha llevado al club verdiblanco a lo largo de la última década a casi desaparecer. Los líos directivos y los continuos cambios en la cúpulas creaban una inestabilidad que
acababa haciendo mella en lo deportivo.
Desde ayer, con la aprobación de
la compraventa del paquete mayoritario de acciones, estos líos deben pasar a un segundo plano y, a priori, todo debe ir a mejor. Es lo que espera todo el beticismo y
lo que votaron los accionistas: paz.
Después de todo lo que ha costado, a nadie se le ocurría mirar hacia otro camino.
Lopera ya es historia de este club. El Betis vuelve a ser de los béticos. Que nunca deje de serlo.
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