El descalabro en Las Palmas y las cinco jornadas sin ganar exigían una reacción del club y del plantel. Y tanto el primero, con Serra Ferrer a la cabeza, como los segundos, con un peso pesado como Guardado, han dejado claro que siguen junto a Setién.
En fútbol nunca se sabe hasta cuándo puede durar esa 'fidelidad', porque los malditos números son los que mandan, pero si se ha apostado por un estilo y por un proyecto, la lógica indica que no se puede dar marcha atrás al primer contratiempo. Y, sin duda, lo que ahora mismo atraviesa el Betis es ese contratiempo.
No en vano, de haber ganado en Gran Canaria, hoy sería sexto, estaría en puestos europeos y nadie hablaría de destituciones, ni de cambios de estilo ni de nada. Ahora llega lo difícil y, si no se quiere tocar fondo, hay que estar calmados.