Año nuevo, vida nueva

Año nuevo, vida nueva. Pocas veces esa expresión encaja más con una situación. El Sevilla despide hoy 2018 con la ilusión que depara empezar una nueva etapa, con un entrenador de prestigio y todos los objetivos aún al alcance de su mano.

Parte de que se haya llegado a esta situación la tiene el cuerpo técnico saliente y hay que darle su parte de mérito, pero la ilusión del sevillismo no viene de él, sino de un Montella que quiere recuperar la alegría perdida y que tanto añora la afición en Nervión.

Le quedan muchos retos por delante como recuperar a Nzonzi, mejorar los números en ataque, lograr conformar un once de garantías que haga olvidar las continuas rotaciones... y muy poco tiempo para hacerlo. Pero cuando hay ilusión, cuando hay calidad y, sobre todo, cuando hay "pasión", se puede.