Quién diría que, tras más de un año sin perder un solo partido oficial en Nervión, el derbi abriría una herida que sigue abierta en LaLiga, con la única excepción (léase sonrisa) de la vuelta copera ante el Atlético de Madrid.
En 2018, el Sevilla no conoce el triunfo en el torneo regular donde antaño nadie asaltó, una situación que debe cambiar a la voz de ya. De reeditar la histórica fortaleza en el Sánchez-Pizjuán depende el futuro inmediato de los de Montella, que se juegan mañana nada más y nada menos que plantarse en la lucha directa por otro título.
Y, en dos semanas, tiene que sentar las bases de su continuidad en la Champions con un buen resultado ante el todopoderoso Manchester United que le permita soñar en Old Trafford. Sin olvidar LaLiga, pues recibirá en la segunda vuelta a los cinco primeros en Eduardo Dato.
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