Aunque todo hace indicar que la final se jugará en el Wanda Metropolitano, en la reunión del lunes se pondrá en evidencia una vez más el esperpento de todos los años, cuando a falta de dos meses para que tenga lugar el partido no se sepa oficialmente la sede.
Al menos esta vez sí tiene fecha, pero ésta va a provocar cambios importantes en el calendario que podrían afectar al devenir liguero por los equipos que hay implicados aparte del Sevilla, como es el caso del Real Madrid, que no podrá disputar su partido de esa jornada en el Sánchez-Pizjuán hasta el mes de mayo, tres o cuatro días antes de que se dispute el derbi sevillano.
Ya en 2017 se disputó un partido clave (Celta-Madrid) a diez días del final de Liga y no se supo hasta mayo la fecha exacta de la final de Copa. ¿Cuándo dejarán de hacer el ridículo?
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