La paciencia ofrece frutos cuando se confía en el trabajo concienzudo y en una filosofía que no entiende de ruidos exteriores sino sólo de los mimbres para sostenerla.
Quique Setién resistió cuando su idea no terminaba de producir resultados y se mantuvo firme con el respaldo inquebrantable del club, que, además, atendió a sus deseos en el mercado invernal y se centró en lo que más necesitaba, un central de garantías. No importaron las críticas que llegaron de casi todos los frentes, la fe en un estilo imperó y ahora, tras tres triunfos consecutivos, nadie discute que se optó por el camino correcto.
Porque este Betis ha crecido en todos los aspectos, cree en sus opciones y exhibe las condiciones necesarias para superar incluso las expectativas. De momento, se ha ganado a pulso el puesto europeo y pasa a depender de sí mismo para regresar al Viejo Continente, donde hoy Sevilla será protagonista con la noche de estrellas que se vivirá en Nervión.
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